Cómo enseñar a los niños a ser críticos ante la desinformación

Mother helping son think critically about content found online

Vivir en un mundo en el que disponemos de tanta información al alcance de la mano es maravilloso. Sin embargo, esta sobreabundancia también puede generar auténticos problemas, especialmente en el caso de las personas que no saben evaluar de forma crítica el contenido que consumen. 

Hoy en día los niños tienen acceso a más información que en ningún otro momento de la historia. A veces se trata de información veraz, otras es errónea, y en ocasiones es directamente falsa. Y, al igual que nos sucede a los adultos, los más pequeños se enfrentan a este problema dentro y fuera de las redes sociales, porque la desinformación está presente en todos los aspectos de su vida cotidiana, desde los mensajes que les envían sus amigos a los vídeos que buscan para hacer los deberes o las conversaciones casuales. 

Como psicóloga y como madre, siempre he hecho hincapié en la importancia de ayudar a nuestros hijos a desarrollar la resiliencia mental y las habilidades relacionadas con el pensamiento, tanto en el mundo real como en el digital. Enseñarles a razonar de forma crítica es una de las herramientas más poderosas que los padres podemos ofrecerles, y les permitirá disponer de una sólida red de seguridad a medida que se aproximan a un futuro digital marcado por las redes sociales, la IA y otro tipo de desafíos.

Por qué es tan importante el pensamiento crítico  

A estas alturas, creo que todos estaremos de acuerdo en que las redes sociales suelen ser la principal vía de difusión de la desinformación. Independientemente de si hablamos de un vídeo impactante que parece repleto de datos o de un texto escrito, es necesario que comprobemos cuidadosamente quién es el autor y qué dice el mensaje para determinar si es veraz o no.  

Sin embargo, nuestros hijos también pueden estar expuestos a contenidos engañosos a través de la publicidad, la prensa y el contacto diario con otros jóvenes mal informados. El pensamiento crítico, que consiste simplemente en examinar la información para formarse una opinión sólida de las cosas, les permite detenerse a analizar el contenido para determinar hasta qué punto puede ser cierto, cuál es su objetivo y cómo desean actuar al respecto. Este proceso puede resultar difícil para todos, pero especialmente para los niños y los adolescentes. 

Los estudios indican que cuanto más tiempo dedican nuestros hijos a los dispositivos y los medios digitales, mayor es el impacto negativo que ejercen estos sobre su capacidad de pensamiento crítico. Un informe elaborado recientemente por Naciones Unidas alertaba del grave riesgo que supone la exposición de los más pequeños a la desinformación e instaba a gobiernos, empresas tecnológicas y familias a tomar medidas para combatir el problema. En el caso concreto de los padres, el documento hacía énfasis en la importancia de fomentar en los niños estas habilidades y darles ejemplo con nuestro propio comportamiento para ayudarles a detectar los contenidos engañosos y proteger su bienestar.

El valor del pensamiento crítico no consiste en protegerlos de todas las mentiras a las que están expuestos —algo que además es imposible—, sino en ofrecerles las herramientas que necesitan para poder plantearse las siguientes preguntas:

  • ¿Quién hay detrás de este mensaje?
  • ¿En qué les beneficia que me lo crea o que lo comparta?
  • ¿Cómo puedo comprobar que lo que dice es cierto?

No se trata simplemente de que se acostumbren a comprobar la información que reciben, sino de ayudarles a desarrollar una serie de habilidades que les acompañen a lo largo de toda su vida adulta para que aprendan a evaluar la información que reciben tanto en el mundo digital como fuera de él. Nuestro objetivo debe ser ayudarles a sentar unas bases que les permitan pensar por sí mismos en lugar de dejarse llevar por lo que hacen los demás. Tanto si se trata de enseñarles a detectar las noticias falsas, a protegerse de las estafas que proliferan en la Red o simplemente a sentirse mejor con el contenido que consumen, es importante que les enseñemos a plantearse preguntas abiertas y a adoptar buenos hábitos, como detenerse a reflexionar antes de compartir cualquier publicación para identificar y contrarrestar la difusión de desinformación.

Father teaching son about critical thinking

Recomendaciones prácticas para fomentar el pensamiento crítico en nuestros hijos 

Es posible que te estés preguntando cómo puedes reforzar las habilidades relacionadas con el pensamiento crítico de tus hijos para ayudarles a pensar por sí mismos. A continuación, encontrarás algunas recomendaciones prácticas que podrás aplicar y adaptar a niños de todas las edades:

1. Empieza por concienciarlos del problema 

El primer paso es asegurarte de que tus hijos comprendan que no todo lo que ven u oyen —ya sea en Internet o en el mundo real— es verdad. La sensibilización es el primer paso hacia el escepticismo. Explícales que el mero hecho de que alguien escriba sobre una idea, la comparta a través de las redes sociales o la repita un amigo, no quiere decir que esa idea sea cierta.

2. Enséñales a cuestionarlo todo 

Cuando alguien les ofrezca a tus hijos algún tipo de información, anímales a hacerse preguntas del tipo:

  • «¿Quién ha grabado el vídeo o ha escrito el artículo?».
  • «¿Qué quieren que sienta o que haga?».
  • «¿Es posible que falte información?».
  • «¿Hay otras informaciones que contradigan esta idea?».

Plantearse este tipo de cuestiones es una buena forma de iniciar una reflexión más profunda. Dales a tus hijos ejemplo con tu propio comportamiento explicándoles las preguntas y las reflexiones que sueles hacerte tú sobre la información que lees o que llega a tus oídos.

3. Practicad juntos diferentes estrategias para comprobar la veracidad de la información

Cuando una publicación, un vídeo o un anuncio os parezca inverosímil, enséñales los pasos que deben dar para verificar la información. Haz hincapié en la importancia de comprobar la credibilidad del sitio web, la autoría, el tono, las imágenes y otras fuentes periodísticas.

4. Utiliza ejemplos del mundo real para educarles en el pensamiento crítico

Puedes utilizar los titulares, los memes que les envían sus amigos o un anuncio sensacionalista como punto de partida para vuestras conversaciones. Pregúntales: «¿Por qué crees que se ha vuelto viral este mensaje?» o «¿Es posible que falte información?». Estos momentos cotidianos les permitirán trasladar al mundo real lo que les has enseñado a través de una serie de hábitos prácticos. Las horas de las comidas, cuando todos estáis reunidos en la mesa, pueden ser un buen momento para promover este tipo de reflexiones.

5. Anímales a buscar otros puntos de vista

Cuando tus hijos estén expuestos a algún contenido sensacionalista (especialmente si se basa en alguna teoría de la conspiración o intenta aprovecharse de sus miedos), anímales a imaginar un punto de vista alternativo. De este modo, les ayudarás a desarrollar la empatía y a ampliar su perspectiva.

6. Dales ejemplo con tu propio comportamiento adoptando una actitud de saludable escepticismo

Permite que tus hijos vean cómo reaccionas ante diferentes informaciones:

  • «Eso no parece demasiado imparcial. Vamos a ver si hay alguna fuente fiable que diga lo mismo».
  • «Parece un titular sensacionalista. Quizás esté diseñado para obtener clics».

Darles ejemplo con este tipo de reflexiones les ayudará a incorporar el pensamiento crítico como un hábito diario.

Educar a nuestros hijos para que aprendan a pensar por sí mismos en una era marcada por la desinformación no consiste únicamente en supervisar el contenido que consumen, aunque este aspecto en sí mismo también sea importante. Lo fundamental es que les enseñemos a ser curiosos, a reflexionar y a cuestionarse todo antes de dar veracidad a cualquier información o afirmación. De este modo, estaremos contribuyendo a proteger su seguridad en Internet y al mismo tiempo les ayudaremos a desarrollar las habilidades de pensamiento crítico e independiente que necesitan para convertirse en unos adultos de provecho. Enseñarles a detenerse un momento para preguntarse «¿Qué estoy viendo exactamente?», «¿Por qué lo estoy viendo?» y «¿Cómo sé que lo que dice es cierto?» les permitirá formarse una opinión más sólida y tomar mejores decisiones tanto en el mundo real como en el digital.

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