Cómo ayudar a tu hijo a gestionar la negatividad en Internet

Teenager dealing with negative social media comments

Si tu hijo tiene un smartphone, utiliza las redes sociales o ha participado en la sección de comentarios de alguna plataforma de Internet (algo que, afrontémoslo, suele ser la norma entre los niños de hoy en día), es muy posible que haya estado expuesto a algún tipo de comentario negativo, aunque solo sea mientras echaba una ojeada casual a su cuenta. Tanto si se trata de una respuesta sarcástica, un insulto ofensivo, o alguien que intenta aprovechar la oportunidad para provocar una discusión con los demás usuarios, los conflictos digitales se han convertido ya en el pan nuestro de cada día de las secciones de comentarios. 

Este tipo de publicaciones desagradables o provocadoras pueden hacer que los niños y los adolescentes se sientan heridos y confundidos, o provocar que se enfaden y se preparen para contraatacar. En ocasiones, estas conversaciones se producen con personas a las que conocen, como sus amigos o sus compañeros de clase. Otras veces, se trata de desconocidos de Internet que publican algún mensaje cruel o inapropiado en una publicación o un vídeo, o como respuesta a otro comentario. Independientemente del contexto, estas interacciones pueden tener un impacto muy real sobre la confianza de nuestros hijos, perturbar su bienestar emocional o impulsarles a reaccionar de formas de las que jamás lo harían en el mundo real.

Por qué los comentarios que reciben nuestros hijos en Internet pueden afectarles tanto

Si incluso a los adultos nos cuesta muchas veces no tomarnos de forma personal los comentarios que recibimos en la Red, en el caso de los más pequeños, que todavía están desarrollando su sentido de la identidad y son más sensibles, estos comportamientos pueden ser mucho más difíciles de gestionar. 

El cerebro de los niños y los adolescentes está programado para buscar la aprobación social, y es normal que quieran encajar con los demás. Dado que cada sección de este órgano se desarrolla a un ritmo diferente, sus reacciones emocionales tienden a ser mucho más intensas que su capacidad para detenerse a considerar de forma racional las consecuencias que pueden tener a largo plazo sus acciones.

Independientemente de si se trata de niños o adultos, las personas tienden a decir cosas en Internet que nunca dirían de forma presencial. De hecho, los usuarios mayores de edad son igual de propensos a dejarse llevar por sus impulsos en el mundo digital: en una encuesta llevada a cabo recientemente sobre el comportamiento de los internautas, el 64% de los adultos confesaba haber tomado parte en alguna discusión acalorada, mientras que el 63% reconocía que hay cosas que nunca se atrevería a decir en la Red sin la protección que ofrece el anonimato.

A pesar de que a menudo nos referimos a ella como una herramienta que nos permite conectar con los demás, la comunicación digital añade una capa extra de complejidad a las relaciones sociales. Cuando chateamos en Internet no podemos evaluar las respuestas de la otra persona del mismo modo que en las interacciones cara a cara. Esta información resulta fundamental para poder interpretar correctamente las conversaciones que mantenemos en la vida real y, sobre todo, para asegurarnos de que no le perdemos el respeto a los demás.

 

Father and daughter bonding

Cómo ayudar a los adolescentes a gestionar los comentarios en las redes sociales

Muchas veces, cuando los adolescentes presencian o se ven expuestos a comportamientos negativos en el mundo digital, carecen de las herramientas que necesitan para poder procesarlos y responder de una forma proporcionada y sensata. Las redes sociales son un espacio en el que todo tipo de personas se reúnen y comparten sus ideas o sus reacciones, y por desgracia es habitual que nuestros hijos se encuentren comentarios negativos que no van dirigidos a ellos, pero que aún así pueden afectar negativamente a su forma de relacionarse con los demás. Por ejemplo, es posible que observen algún caso de acoso o un intento de suplantación de la identidad, que participen en alguna encuesta de opinión, que vean cómo sus amigos o conocidos son etiquetados en insultos o que otras personas hagan capturas de pantallas de sus conversaciones en las redes sociales y las compartan con el resto de usuarios. 

Por este motivo, es esencial que los padres nos tomemos en serio las experiencias que viven en la Red, aunque los comentarios o las conversaciones parezcan triviales o relativamente insignificantes desde nuestro punto de vista. A continuación, encontrarás tres recomendaciones que te ayudarán a gestionar esta negatividad, tanto si se trata de un desconocido que ha contactado con tu hijo a través de TikTok como de un compañero de clase que ha dejado un comentario en su última publicación de Instagram

1. Conciénciale de la importancia de reflexionar antes de hacer nada

En primer lugar, ayuda a tu hijo a distanciarse de lo que sea que haya pasado. Tu objetivo como padre es evitar que se vea desbordado por las emociones y que el problema escale (antes de que intente desquitarse o empiece a darle demasiadas vueltas a ese comentario en cuestión).

Si el comentario es público: considera la posibilidad de eliminar la publicación (en el caso de que pertenezca a tu hijo) o denunciar el comentario a la plataforma (si resulta excesivamente ofensivo, gráfico o perjudicial en algún otro sentido). 

Si la persona que ha dejado el comentario es un desconocido: limitaros a bloquearlo o silenciarlo es la forma más sencilla de cortar todo contacto con él. 

Si se trata de alguien a quien tu hijo conoce, como un amigo o un compañero de clase: en primer lugar, pregúntale a tu hijo cómo considera que deberíais actuar en este caso. Averigüa cuál considera que sería la solución ideal y, a continuación, sopesad juntos sus respectivos pros y contras. Pídele que te explique cómo puedes ayudarle a alcanzar esa meta.

Discutid las diferentes opciones que tiene a su disposición para descansar de este tipo de comunicación, ya sea simplemente de forma temporal —por ejemplo, desactivando las notificaciones o silenciando los chats— o más a largo plazo, como desinstalar la aplicación durante un tiempo e incluso dejar a un lado los dispositivos un par de días. Las herramientas como Qustodio pueden ayudar a tu hijo a programar unos horarios de uso que le permitan desconectar periódicamente de la tecnología o a tomarse un respiro de las redes sociales para poder recuperar la perspectiva, recomponerse y hacer un descanso de las aplicaciones que le afectan negativamente. Analizad juntos con cuál de estas posibilidades se sentiría más cómodo, déjale tomar la iniciativa y ofrécele el apoyo que necesita en cada momento para mantener el control y asimilar la situación.

2. Hablad largo y tendido de lo que ha pasado 

Una vez que tu hijo se haya tomado el tiempo necesario para calmarse y procesar sus emociones, habla con él de lo que ha pasado y, en el caso de que no estuvieras presente cuando ha sucedido, anímale a acudir a ti o a cualquier otro adulto de confianza siempre que se sienta incómodo o necesite consejo sobre algo. Evita interrumpirle para ofrecerle sugerencias o soluciones «rápidas» y procura controlar tu propia reacción emocional. En su lugar, escúchale tranquilamente y hazle preguntas abiertas que le ayuden a abrirse a ti. 

Por ejemplo, puedes preguntarle: 

  • ¿Cómo te ha hecho sentir ese comentario?
  • ¿Conoces al usuario que te lo ha enviado? 
  • ¿Alguna vez habías vivido un episodio similar con esa persona?
  • ¿Crees que estaba intentando ser graciosa, desagradable o simplemente quería llamar la atención? 
  • ¿Quieres responderle o es mejor ignorarla y pasar página?

Si el usuario que ha dejado el comentario es alguien a quien tu hijo conoce, puedes enseñarle a establecer unos límites más claros, ayudarle a abordar el tema con esa persona de forma respetuosa u ofrecerle la posibilidad de acudir a otro adulto de confianza, como un profesor.

Si se trata de un desconocido, esta puede ser una buena oportunidad para enseñarle una lección esencial sobre las opiniones que recibe en Internet: no todas ellas son importantes, y en ocasiones lo mejor es bloquear a los usuarios que se comportan de forma maleducada, denunciar su cuenta y olvidarse del tema. Su tiempo y su energía son demasiado valiosos para malgastarlos en alguien a quien ni siquiera conoce.

3. Ayúdale a reflexionar sobre lo sucedido y a desarrollar su resiliencia 

Aunque queremos lo mejor para nuestros hijos y nos duele verlos sufrir, tenemos que aceptar que no siempre podemos estar ahí para protegerlos de los comentarios hirientes y las conversaciones desagradables, sobre todo dada la dificultad adicional que conlleva el mundo digital. 

Una vez que la tormenta haya pasado, ayuda a tu hijo a reflexionar sobre lo que ha sucedido y lo que ha aprendido de este incidente. Por ejemplo, puedes plantearle alguna pregunta de este tipo: 

  • ¿Qué crees que ha desencadenado esta situación? ¿Sucedió algo antes de que recibieras ese comentario? 
  • ¿Qué es lo que te ha ayudado a sentirte mejor?
  • ¿Qué harías de forma diferente en el caso de que se repitiera este incidente?
  • ¿Qué consejo me darías a mí o a un amigo si estuviese en tu situación?

Trabajar con él para gestionar la situación y al mismo tiempo ayudarle a desarrollar su resiliencia y a aprender de lo sucedido le permitirá desarrollar la confianza que necesita para lidiar con este tipo de comentarios cuando no estés ahí para ayudarle. 

4. Ofrécele las herramientas que necesita para disfrutar de una experiencia más positiva 

El anonimato que ofrecen los perfiles de Internet y la facilidad con la que podemos desentendernos de una aplicación para escapar de las consecuencias de nuestro mal comportamiento puede provocar que nos resulte más difícil tratar a los demás con respeto en el mundo digital. Si queremos que todos los usuarios disfruten de una experiencia más positiva en las redes sociales (no solo nuestros hijos), es importante concienciar a los más jóvenes de la importancia de tratar a los demás como nos gustaría que ellos nos trataran a nosotros. 

Además de explicarles cuál es la forma más apropiada de reaccionar ante toda esta negatividad, enseñar a los adolescentes y a los más pequeños a ser amables en Internet es fundamental si queremos que se conviertan en ciudadanos digitales respetuosos. Promover el entendimiento y el intercambio de ideas en lugar de una discusión acalorada contribuirá a crear un espacio más seguro para todos los internautas y a proteger a otras personas de los comentarios crueles y ofensivos que tanto abundan en la Red. Eso implica ayudar al resto de usuarios cuando presencien alguna situación que pueda herir sus sentimientos o resultar perjudicial para ellos, como denunciar este tipo de incidentes, bloquear o eliminar a las personas responsables, expresar su amabilidad y su apoyo a las víctimas y evitar contribuir a la difusión de contenidos tóxicos y peligrosos con sus acciones, como compartirlos con otros.

 

Por desgracia, los comentarios ofensivos y la negatividad se han convertido en una constante en el mundo digital. Sin embargo, eso no significa que no podamos aprovechar la oportunidad que nos ofrece esta realidad para concienciar a los adolescentes de la importancia de mostrar empatía y establecer límites y enseñarles a proteger su bienestar emocional en Internet.

Si nos implicamos en la vida digital de nuestros hijos, mantenemos una buena comunicación con ellos y les ofrecemos nuestro apoyo de forma tranquila y sin juzgarles en el momento en el que lo necesiten, contribuiremos a garantizar su seguridad en la Red y al mismo tiempo les ayudaremos a madurar y a prepararse para las experiencias digitales que tendrán que afrontar en el futuro, tanto positivas como negativas.

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