
Maria Guerrero
Psicóloga familiar
Ser padre hoy en día no es fácil, sobre todo cuando se trata de una responsabilidad compartida. Ya es bastante difícil ponerse de acuerdo sobre las reglas cuando ambos padres conviven bajo el mismo techo y, en el caso de los padres divorciados o separados que viven en casas diferentes, esta tarea puede llegar a ser aún más complicada. En lo referente al uso de la tecnología, el hecho de que los padres no vivan juntos puede convertirse rápidamente en una excusa para que los niños pasen el doble de horas viendo la televisión, jugando a videojuegos o viendo películas.
Por ejemplo, un juez español ha retirado recientemente la custodia compartida a un padre que permitía que su hijo pasase demasiado tiempo jugando a Fortnite. Según la sentencia, la madre había prohibido al pequeño de trece años, que sufre una adicción digital, que utilizara la consola en casa entre semana, pero el padre le permitía jugar todos los días y le compraba accesorios para que continuara haciéndolo en su casa. También permitió que el menor abriese una cuenta de Instagram y una canal de YouTube sin informar a la madre.

Ningún padre quiere que las cosas lleguen a un punto en el que un tribunal tenga que solucionar sus problemas familiares, pero comprendo que a veces parece la única forma de llegar a un acuerdo cuando dos personas tienen opiniones radicalmente distintas sobre cómo deben educar a sus hijos —y la tecnología es solo un ejemplo de muchos—.
Divorciarse es una decisión muy difícil y con un gran coste emocional. Según los datos publicados por Eurostat, entre el 40 y el 50% de los matrimonios terminan en separación o en divorcio. Y según el I Observatorio del Derecho de Familia elaborado por La Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA), el 97% de los divorcios se resuelven de forma conflictiva. A esto hay que sumar el gran impacto emocional que tienen este tipo de procesos en los niños. Un estudio publicado en la revista Child Development indica que los conflictos entre los padres divorciados o separados aumentan el riesgo de que los niños desarrollen problemas físicos y mentales debido al miedo a sentirse abandonados.
Establecer unas reglas claras y consistentes en ambos hogares tanto en lo referente al uso de la tecnología como a los deberes, las horas de sueño, etc., puede contribuir a ahorraros mucho sufrimiento innecesario. Sin embargo, llegar a un acuerdo con tu ex respecto al uso de los dispositivos electrónicos no siempre es fácil ni factible. A continuación, encontrarás algunas recomendaciones para ayudarte a centrarte en las cosas que únicamente dependen de ti.
6 recomendaciones para gestionar el uso de la tecnología en casa
1. Aprende a gestionar tus emociones.
Normalmente, los padres inmersos en un proceso de divorcio atraviesan un periodo de gran estrés marcado por la reorganización de sus vidas y las de sus hijos, los problemas financieros, los sentimientos hacia la expareja, etc. Y si no sabes gestionar todo eso correctamente, es probable que la situación te supere y que acabes cometiendo errores como intentar competir con tu ex por el cariño de vuestros hijos. Si no te sientes capaz de gestionar la carga emocional de este proceso tú solo, mi recomendación es que busques ayuda profesional; se trata de algo completamente normal, y a la larga descubrirás que ha valido la pena.
2. No hables mal de tu ex a tus hijos.
Insultar a tu expareja destruye el respeto mutuo y genera problemas de comunicación entre vosotros. Además, también puede ser perjudicial para los niños. Los investigadores de uno de los programas de New Beginnings plantearon preguntas a 559 niños de entre 9 y 18 años sobre cuál era su grado de implicación en los conflictos entre sus padres divorciados o separados. Les preguntaron si sus padres se peleaban delante de ellos, si hablaban mal del otro progenitor o si alguna vez les habían pedido que le dieran un mensaje. La conclusión del estudio fue que los niños que se veían implicados en los conflictos de sus padres mostraban un mayor temor ante la posibilidad de ser abandonado por uno o ambos progenitores.
3. Limita el uso de la tecnología en casa, aunque tu expareja haya decidido no hacerlo.
Si lo haces correctamente, tendrás más posibilidades de que tu ex te imite. Los límites proporcionan seguridad a los niños, y ceder ante las exigencias de tus hijos no va a ser beneficioso para ellos en ningún sentido. Los niños del caso al que hacía referencia antes aseguraban que preferían vivir con la madre, la cual les concedía menos libertad y limitaba más el uso de los dispositivos electrónicos. ¿Por qué entonces nuestros hijos se enfadan o tienen rabietas cuando establecemos límites? Muchas veces estas reacciones están más relacionadas con otro tipo de frustraciones, como el divorcio, que con los límites propiamente dichos.
4. No tengas miedo de decir «no».
Hay muchos padres separados o divorciados a los que les cuesta mucho decir «no» a sus hijos sin sentirse culpables. Creo que inconscientemente los padres ceden ante las exigencias de los niños porque quieren compensarles por su ausencia, demostrarles su amor o aliviar su propia culpa. Las aplicaciones de control parental como Qustodio son una forma objetiva y muy práctica de establecer este tipo de límites sin que el proceso acabe convirtiéndose en una batalla diaria. Este tipo de herramientas te permiten limitar el acceso a la tecnología y bloquear las aplicaciones que consideras inadecuadas de forma automática y consistente para que no tengas que decirles «no» todos los días. De esta forma será el propio dispositivo el que les ayude a desconectar, y nuestros hijos aprenderán a verlo como un hábito más.
5. Establece con antelación las normas referentes al uso de los dispositivos tecnológicos.
El caos y la improvisación provocan inseguridad y problemas de autoestima en los niños. En cambio, si estableces unas normas respecto al uso de las pantallas y las anotas por escrito para asegurarte de que todos estáis en el mismo barco, podrás explicárselas a tus hijos y aplicarlas con mayor seguridad y tranquilidad, lo que a su vez aumentará las probabilidades de que su respuesta sea positiva. Por regla general, lo mejor es que no pasen más de una hora al día delante de la pantalla (sin incluir el tiempo que dedican a hacer los deberes). Y recuerda otra de mis recomendaciones favoritas: procura que hagan una hora de ejercicio o actividad al aire libre por cada hora que dediquen a la tecnología.
5. Las habilidades sociales
Los niños que no han desarrollado correctamente sus habilidades sociales también pueden recurrir a los videojuegos como alternativa a interactuar con otras personas en la vida real. Los niños a los que les cuesta hacer amigos o participar en actividades con otros niños pueden utilizar los videojuegos como un espacio para interactuar socialmente con los demás sin tener que realizar el esfuerzo que suelen requerir los encuentros cara a cara.
6. Antepón el bienestar de tus hijos a todo lo demás.
Los divorcios y las separaciones suelen generar problemas, dificultades y sentimientos difíciles de gestionar. En medio de toda esta vorágine, es posible que los padres se vean arrastrados por la situación y dejen de ejercer correctamente el papel que les corresponde. En esta situación, es más importante que nunca hacer un esfuerzo para anteponer el bienestar de tus hijos a todo lo demás, y para ello es necesario que aprendas a trabajar con tu expareja para establecer una relación de respeto y colaboración, porque tanto vosotros como vuestros hijos os lo merecéis.
Conclusión
Lo fundamental durante un divorcio es no caer en el error de utilizar a tus hijos como arma para atacar a tu expareja. Y recuerda: ser permisivo respecto al uso de los dispositivos electrónicos no es una forma adecuada de demostrarles tu amor. Establecer límites de tiempo saludables y de forma regular es cuidar a tus hijos. Y eso es cierto sin importar cuál sea su estructura familiar.
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