WhatsApp es una aplicación de mensajería que permite enviar mensajes de voz y texto, realizar llamadas convencionales y videollamadas y compartir imágenes, documentos y otro tipo de contenidos, como stickers o GIF. Los usuarios pueden crear chats grupales y empezar a conversar con sus contactos utilizando su número de teléfono. WhatsApp es uno de los servicios de mensajería más populares del mundo, y eso incluye a nuestros hijos: el informe de Qustodio de 2024 sobre el consumo de aplicaciones por parte de los más pequeños revela que se trata de la plataforma de comunicación más popular a nivel global entre los menores de 18 años.
¿Qué pueden hacer los niños en WhatsApp?
Hay una razón por la que WhatsApp se ha convertido en una de las aplicaciones de mensajería más utilizadas del planeta tanto entre los adultos como entre los adolescentes. La plataforma incluye una amplia variedad de funcionalidades, todas ellas enfocadas a ayudarnos a mantener el contacto con nuestros amigos y familiares, como la posibilidad de enviar mensajes de texto y de voz y de realizar llamadas y videollamadas de forma totalmente gratuita. Los usuarios pueden enviar fotos y documentos y acceder a funciones interactivas como las encuestas, las reacciones y los stickers. También es posible activar opciones como el uso compartido de la ubicación para localizar a nuestros amigos y familiares en un mapa o comprobar si han llegado al punto de encuentro que hemos elegido.
Para poder usar WhatsApp es necesario disponer de un número de teléfono; de ahí que la aplicación no suela entrar en el radar de los padres hasta que estos no les regalan el primer móvil a sus hijos. Sin embargo, el modo en el que ciertos usuarios utilizan el servicio y algunas de las funciones que ofrece suponen un riesgo del que los progenitores debemos ser conscientes.
WhatsApp: los riesgos que los padres deben tener en cuenta
El contenido explícito
WhatsApp no dispone de ningún sistema de moderación o filtrado de contenidos. Niños y adolescentes pueden compartir fácilmente enlaces, vídeos y otro tipo de archivos de naturaleza explícita o no aptos para menores, puesto que la plataforma no es capaz de detectar este tipo de mensajes y carece de cualquier tipo de control parental. Todas las fotos que reciben los usuarios se almacenan de manera predeterminada en su galería de imágenes, por lo que el teléfono de nuestros hijos puede terminar repleto de fotos embarazosas y otro tipo de contenidos que ellos no han solicitado. La función para personalizar los stickers de WhatsApp es divertida y creativa, pero también permite a los adolescentes crear fácilmente stickers de carácter explícito y compartirlos rápidamente con sus amigos y sus contactos.
Los contenidos temporales
Cualquier usuario puede enviar fotos o vídeos con la función Ver una vez, lo que significa que los mensajes desaparecerán del chat una vez que el destinatario los haya abierto, o pasado un período de 14 días en el caso de todavía no lo haya hecho. Además, ninguno de estos archivos se almacenará en el dispositivo, independientemente de la configuración de la aplicación. Los destinatarios pueden realizar una captura de pantalla o grabar el contenido enviado con esta función como harían normalmente (aunque los desarrolladores están trabajando en una función para evitarlo) y denunciar cualquier mensaje temporal ofensivo ante los responsables de la aplicación, incluso si ha desaparecido del chat.
Las cuestiones de privacidad
Para poder usar WhatsApp es obligatorio introducir nuestro número de teléfono real, de modo que esta información podría terminar haciéndose pública si nuestros hijos son añadidos a chats grupales o a una conversación entre varias personas. Cualquiera que conozca su número puede incluirlos en este tipo de chats, lo que podría provocar que entren en contacto con desconocidos.
Aunque los mensajes y las llamadas de WhatsApp están cifrados de extremo a extremo (es decir, que ningún tercero, incluida la propia plataforma, puede acceder al contenido), la empresa recopila, almacena y utiliza los datos y la información que proporcionan los usuarios a través de la aplicación, al igual que sucede con la mayoría de las plataformas. Por ejemplo, WhatsApp obtiene información sobre el uso que hacen los usuarios de sus servicios, así como la hora, la frecuencia y la duración de estas actividades. La plataforma se reserva el derecho a compartir parte de estos datos con otras empresas, lo que podría constituir un riesgo para la privacidad de nuestros hijos.
El acoso
Aunque la mayoría de los jóvenes usan WhatsApp para comunicarse de una forma segura, divertida y positiva, ha habido casos en los que los menores que participaban en chats grupales online han sido víctimas de comportamientos de acoso. La posibilidad de mantenernos permanentemente conectados conlleva una gran responsabilidad, y si nuestros hijos tienen algún problema o conflicto en el colegio, este puede trasladarse al ámbito doméstico a través de los dispositivos, un espacio en el que los más jóvenes pueden quedar a merced de los acosadores y de sus comentarios malintencionados a cualquier hora del día o de la noche. Nuestros hijos pueden acabar formando parte de chats grupales y recibir mensajes crueles o imágenes y vídeos ofensivos, y las aplicaciones como WhatsApp pueden convertirse en el caldo de cultivo perfecto para todo tipo de rumores y cotilleos.
Las notificaciones y las confirmaciones de lectura
WhatsApp incluye una serie de funciones activadas de forma predeterminada que pueden contribuir a generar en los usuarios una sensación de urgencia y de tener que estar siempre disponibles en Internet. La primera es la posibilidad de incluir una confirmación de lectura en los mensajes: un icono en forma de dos pequeñas marcas de verificación de color azul que aparece en la esquina inferior derecha de cualquier mensaje y que indica que el destinatario lo ha leído. Esta funcionalidad se activa automáticamente y no se puede desactivar en los chats de grupo, pero sí en las conversaciones individuales. La plataforma dispone también de una opción denominada Estados online que permite a los usuarios conocer cómo usan la aplicación sus contactos: el distintivo «Última vez a las» es una marca de tiempo que muestra a los demás la última vez que hemos estado activos en nuestra cuenta, y «En línea» informa a nuestros contactos de que estamos utilizando la aplicación.
Los chats grupales
Cualquiera que utilice WhatsApp puede ser añadido a un chat grupal sin su permiso, a menos que desactive esta función. La opción Quién puede añadirme a los grupos está establecida de manera predeterminada en Todos. Esto supone un problema, porque permite que cualquier usuario de la aplicación (independientemente de su ubicación) pueda agregar a nuestros hijos a un chat grupal sin su consentimiento. Incluso una vez modificada la configuración, es importante que los padres tengamos en cuenta que cada grupo de WhatsApp dispone de un enlace de invitación único que se puede compartir por correo electrónico, SMS o cualquier otra plataforma, incluso con aquellos usuarios que no disponen de una cuenta.
![2025-04 [Blog] Is WhatsApp safe for kids__InsideImage Is WhatsApp safe for teens? App safety guide for WhatsApp messaging](https://static.qustodio.com/public-site/uploads/2025/04/10140948/2025-04-Blog-Is-WhatsApp-safe-for-kids__InsideImage.jpg)
Cómo proteger a los niños y adolescentes en WhatsApp
Las condiciones del servicio especifican que los usuarios deben tener al menos 13 años para poder registrarse (aunque esta edad mínima puede ser superior dependiendo de la legislación local). Si tu hijo tiene la edad necesaria y ha demostrado que está listo para usar un servicio de mensajería como WhatsApp, o necesita utilizarlo para mantenerse en contacto con sus amigos y su familia, a continuación encontrarás algunas medidas que puedes tomar para ayudarle a disfrutar de una experiencia más segura en la plataforma:
Añadid únicamente a contactos conocidos
Asegúrate de que tu hijo limita sus contactos y sus conversaciones a personas a las que conoce en la vida real. Para evitar que puedan añadirlo a grupos, establece la opción Quién puede añadirme a grupos en Mis contactos o en Mis contactos, excepto… Aunque esta configuración puede evitar que le agreguen números que no están en su lista de contactos, hay que tener en cuenta que todos los grupos de WhatsApp incluyen un enlace de invitación único que se puede compartir con cualquiera en Internet, bien sea a través de un mensaje de texto, un correo electrónico o un mensaje directo. Explícale claramente a tu hijo el riesgo que esto supone y por qué es importante que sopese bien su decisión antes de unirse a un grupo en Internet, además de enseñarle a bloquear a los usuarios y a abandonar los grupos de los que no desea formar parte.
Ajusta la configuración para proteger su privacidad
Usa los ajustes de seguridad que incluye WhatsApp y personaliza la configuración para asegurarte de proteger su privacidad y ayudarle a disfrutar de una experiencia más segura en la aplicación a nivel general. Hay varias opciones que puedes modificar:
- Asegúrate de que la función Ubicación en tiempo real está desactivada tanto en los ajustes del dispositivo como de la aplicación.
- Establece las opciones Quién puede ver mi hora de últ. vez y Quién puede ver cuándo estoy en línea en Nadie o Mis contactos.
- Configura la opción Quién puede ver mis actualizaciones de estado en Mis contactos y explícale a tu hijo que nunca debe compartir contenido en otras plataformas fuera de WhatsApp.
- Desactiva la función Visibilidad de archivos multimedia y las descargas automáticas; de este modo, evitarás que los contenidos inapropiados que reciba queden almacenados en su teléfono.
Asimismo, también puedes evitar que tu hijo envíe mensajes temporales, aunque modificar esta configuración es más complicado, ya que para ello deberás entrar en cada uno de los chats individuales, tocar el nombre de cada contacto y seleccionar la opción Desactivado en la sección Mensajes temporales. Cualquiera de los miembros del chat puede modificar este ajuste en cualquier momento; por eso es importante que le expliques a tu hijo en qué consiste esta función y cómo funciona. Asegúrate de que comprenda que el hecho de enviar un mensaje temporal no significa que el contenido vaya a desaparecer para siempre, y que nunca debe publicar contenidos que supongan algún tipo de riesgo o que puedan perjudicar o herir de alguna forma a los demás.
Habla con él sobre el ciberacoso
Al igual que en el caso de cualquier otra aplicación de mensajería, existe el riesgo de que tu hijo pueda llegar a sufrir algún tipo de ciberacoso. Aunque la mayoría de los jóvenes utilizan WhatsApp para comunicarse de una forma segura, divertida y positiva, ha habido casos en los que los menores que participaban en un chat grupal han terminado siendo víctimas de estas conductas. Antes de permitir que tu hijo utilice la aplicación, asegúrate de que es consciente de este riesgo y de que sabe que puede acudir a ti o a cualquier otro adulto de confianza en busca de ayuda si alguna vez ve algo en la plataforma que le haga sentirse disgustado o angustiado.
Si tu hijo está siendo ciberacosado, es recomendable que hagáis una captura de pantalla de los mensajes desagradables o inapropiados que ha recibido. Sin embargo, es importante que le expliques que nunca debe guardar capturas de pantalla de imágenes que contengan desnudos, aunque solo sea para utilizarlas como prueba. Enséñale a denunciar el ciberacoso y a bloquear a otros usuarios y conciénciale de la importancia de ser amable con los demás en Internet.
Activa la verificación en dos pasos
El sistema de verificación en dos pasos que utiliza WhatsApp requiere que los usuarios creen un PIN de seis dígitos. Una vez configurado, la aplicación les solicitará este código cada vez que inicien sesión en su cuenta con un nuevo dispositivo. Esta opción añade una capa de seguridad adicional a la cuenta de WhatsApp de tu hijo. Por ejemplo, la verificación en dos pasos puede evitar que accedan a ella sin autorización en el caso de que alguien intente introducir su número de teléfono en un dispositivo nuevo, o si los hackers consiguen obtener su número o algún otro dato personal.
Supervisa y comprueba periódicamente el uso que hace de la aplicación y cómo le afecta
Aunque es imposible eliminar totalmente el riesgo de que tu hijo reciba contenidos problemáticos o inapropiados, o de que entre en contacto con algún desconocido en Internet, lo que sí puedes hacer es estar atento a las experiencias que vive en el mundo digital y ayudarle a asimilarlas. Las funciones de supervisión de Qustodio te permiten recibir una notificación cada vez que envíe o reciba un mensaje preocupante. Las alertas basadas en la IA supervisan tanto los mensajes tradicionales como los chats de WhatsApp y te avisan inmediatamente si hay alguna novedad que debas conocer, desde el acoso y las conductas autolesivas al absentismo escolar o cualquier posible consulta relacionada con su salud. De este modo, podrás ofrecerle la privacidad que necesita y al mismo tiempo comprobar cómo se encuentra en el caso de que surja algún problema.
WhatsApp es una de las plataformas de comunicación más utilizadas del mundo, por lo que en muchos países la cuestión no es si los adolescentes van a utilizar este servicio de mensajería, sino en qué momento empezarán a hacerlo. Dicho esto, es fundamental que los padres ayudemos a nuestros hijos a configurar la aplicación y que les enseñemos a utilizarla de forma adecuada para su edad, además de hablar periódicamente con ellos y ofrecerles las herramientas que necesitan para poder gestionar los problemas a los que suelen enfrentarse los adolescentes y los jóvenes en este tipo de plataformas, como el acoso o la presión para estar disponibles constantemente en Internet.