Uno de los temas que sobrevuelan el debate sobre la lA es si nos encontramos ante la herramienta de nuestros sueños o la peor de las pesadillas. A tenor de las películas que han abordado el tema, esta tecnología podría llegar a dominar el mundo, y dada la gran acogida de la que ha disfrutado hasta ahora ChatGPT a nivel global, es posible que la idea no sea totalmente descabellada. A medida que este tipo de herramientas de IA se incorporan a nuestra vida cotidiana, cada vez más jóvenes recurren a ellas para hacer los deberes, pedirles consejo e incluso recibir apoyo emocional.
La pregunta, por lo tanto, es si ChatGPT constituye una verdadera revolución o se trata simplemente de otra plataforma potencialmente peligrosa para los más pequeños y los adolescentes. En este artículo te contamos qué es exactamente esta herramienta, cómo funciona y si existe alguna forma de proteger a nuestros hijos mientras la utilizan.
¿Qué es ChatGPT?
ChatGPT es un bot de chat creado y desarrollado por OpenAI, un laboratorio de investigación especializado en el ámbito de la inteligencia artificial. Este sistema de IA ha sido diseñado y entrenado para responder a todo tipo de instrucciones y preguntas con un estilo conversacional similar al del lenguaje humano.
ChatGPT es un bot entrenado mediante inteligencia artificial a partir de una ingente base de datos compuesta por sitios web, libros, artículos e infinidad de otros textos, lo que le permite detectar los patrones que contribuyen a generar un lenguaje natural más similar al que utilizamos los seres humanos. Dicho de otro modo, la aplicación se comporta como un modelo de lenguaje previamente entrenado para imitar nuestra escritura y, cada vez que recibe una petición, usa sus conocimientos para generar una respuesta similar a la que ofrecería una persona real.
¿Para qué utilizan los niños ChatGPT?
Especialmente durante los primeros meses tras su lanzamiento, los más pequeños recurrían a la aplicación para que les ayudara a hacer los deberes, es decir, que la utilizaban básicamente como una especie de asistente escolar. En 2024, casi un cuarto de los adolescentes de EE. UU. aseguraba usar este bot para realizar los trabajos de clase, más del doble que el año anterior. Hoy en día los niños suelen emplear ChatGPT como herramienta para llevar a cabo, entre otras, las siguientes tareas:
- pedirle ayuda a la hora de hacer los deberes, resumir contenidos y aprender nuevos conceptos;
- encontrar la inspiración para inventar historias, componer canciones o realizar proyectos de carácter creativo;
- practicar otros idiomas;
- pedirle que corrija la gramática de sus redacciones, que les ayude a modificarlas o, en algunos casos, que las elabore por ellos (de ahí que a muchos padres y centros educativos les preocupe que los más pequeños puedan utilizar esta herramienta para hacer trampas);
- generar imágenes o audios;
- acceder a las versiones gratuita o de pago de la herramienta, cada una de las cuales incluye sus propias funcionalidades, filtros de seguridad y niveles de acceso.
A medida que pasa el tiempo, y nuestros hijos tienen más oportunidades de utilizar ChatGPT, aparecen continuamente nuevos usos para esta plataforma, que actualmente se ha convertido en terapeuta, consejera, confidente y compañera. Sam Altman, el consejero delegado de OpenAI, describe así el cambio que se ha producido en este sentido a la hora de utilizar el bot: «Hay gente joven que dice: “No puedo tomar ninguna decisión en mi vida diaria sin consultarlo antes con ChatGPT. Me conoce. Conoce a mis amigos. Confío en su criterio”».
ChatGPT: los riesgos de los que debemos ser conscientes los padres
El contenido inapropiado
A finales de 2025, poco antes del lanzamiento de las funciones de control parental, OpenAI anunció que los usuarios adultos tendrían acceso en breve a una serie de herramientas enfocadas a la generación de contenidos «eróticos». Estas funciones están dirigidas únicamente a los usuarios mayores de edad, pero hay muchas probabilidades de que los adolescentes más mayores o algunos niños, movidos por la curiosidad, terminen accediendo a este tipo de contenidos explícitos, ya sea mintiendo sobre su edad o utilizando la cuenta de otra persona. También existe la posibilidad de que recurran a aplicaciones de terceros no verificadas o que compartan el contenido erótico en Internet (por ejemplo, a través de algún chat con sus amigos).
Además de esta función, algunos chats e interacciones pueden exponer a los más pequeños a contenidos e ideas que no son apropiados para su edad. ChatGPT dispone de una serie de filtros, pero no son infalibles, y los usuarios pueden encontrar la forma de sortearlos.
Su potencial malicioso
Cualquier desconocido con malas intenciones podría utilizar la plataforma para acosar o estafar a los jóvenes. Es posible que los timadores y los hackers utilicen los mensajes que genera la IA para conseguir que sus intentos de suplantación de la identidad parezcan más convincentes o para hacerse pasar por personas u organizaciones reales.
Otros usuarios podrían usar ChatGPT para divulgar deliberadamente información falsa, acosar a los demás o generar perfiles falsos con apariencia real. Además, también existe el riesgo de que los niños utilicen el bot de forma irresponsable para difundir rumores, hacer trampas a la hora de hacer los deberes o elaborar los trabajos escolares, o acosar a otros menores a través de la Red.
Los vínculos emocionales con la IA
Muchos adolescentes utilizan ChatGPT con el único fin de chatear para divertirse, o porque se sienten solos o sufren ansiedad. Aunque podría argumentarse que la aplicación es un espacio libre al que las personas pueden acudir en busca de consejo y apoyo, el bot no puede sustituir a un terapeuta profesional ni a un especialista en salud mental. Cada vez más niños y adultos recurren a él para obtener ayuda en lugar de hacerlo en el mundo real, lo que ha provocado que algunos de ellos acaben desarrollando un vínculo emocional con la IA o que antepongan sus recomendaciones a las relaciones con otras personas en el mundo real.
En 2025, un adolescente de 16 años acabó suicidándose después de mantener varias conversaciones de carácter emocional con ChatGPT. El joven pasó de utilizar la plataforma como herramienta para hacer los deberes a establecer una relación más personal con ella, un detalle que en sí mismo ya constituía una llamada de socorro. En lugar de poner fin al chat, ChatGPT animó al menor a continuar, sostuvo con él varias conversaciones sobre los pensamientos suicidas que sufría y le ofreció una lista de las formas más efectivas de acabar con su vida.
Data privacy
ChatGPT utiliza el cifrado de datos para proteger toda la información que introducen los usuarios durante sus conversaciones, y el propio modelo está alojado en servidores seguros con acceso restringido. Sin embargo, hay que tener en cuenta que siempre que usamos un producto gratuito en Internet, nosotros también formamos parte de él. Eso significa que cualquier dato o información que compartamos con el bot (o con cualquier otro servicio gratuito en la Red) deja de estar bajo nuestro control. La empresa desarrolladora obtiene derechos sobre ellos y puede consultarlos cuando lo desee. Además, este tipo de compañías son vulnerables ante las filtraciones de datos y los hackeos: la plataforma de IA china Deepseek sufrió un ciberataque en 2025 que provocó que los datos de los usuarios y sus historiales de chat acabaran expuestos.
Si nuestros hijos comparten algún tipo de información personal, como su nombre, el nombre de su colegio o su localización, existe la posibilidad de que acabe siendo almacenada por OpenAI. Muchos niños no entienden que sus chats no son realmente privados, lo que puede poner en peligro sus datos.
La información falsa o errónea
Las respuestas que proporciona ChatGPT pueden ser falsas o inducir a error, como en el caso de la información relacionada con temas sanitarios. Es fundamental que nuestros hijos comprueben siempre dos veces los datos que proporciona el bot, que los discutan con un adulto o los verifiquen utilizando una fuente fiable.
ChatGPT ha sido entrenado con una amplia variedad de textos procedentes de múltiples fuentes, desde libros a artículos digitales. Eso significa que es perfectamente capaz de crear textos que parecen veraces y creíbles incluso aunque no lo sean. Incluso los propios investigadores de OpenAI aseguran que tanto el bot como cualquier otra aplicación similar podrían servir como «herramienta de propaganda política o con el objetivo de generar el caos o confundir a la opinión pública».
El consentimiento
A lo largo de este año han sido varias las tendencias virales que animaban a los usuarios a subir fotos suyas a ChatGPT, como la moda de los memes de estilo Ghibli, que ha provocado que cientos de usuarios transformaran todo tipo de imágenes en versiones animadas que imitaban el estilo de las películas de Studio Ghibli. Aunque a simple vista puede parecer divertida y tierna, esta tendencia plantea dudas sobre aspectos como la privacidad y el consentimiento. Es importante que los adolescentes (y los adultos) seamos conscientes de que subir fotos de otras personas sin solicitar su consentimiento no es aceptable bajo ninguna circunstancia, y que cualquier imagen que compartamos en Internet puede ser utilizada para entrenar algún sistema de IA o terminar difundiéndose sin control.
La actitud servil que adopta la herramienta
El bot tiende a mostrarse de acuerdo y a halagar a los usuarios en lugar de cuestionar sus ideas. Esta predisposición puede hacer que nuestros hijos se sientan validados incluso cuando no tienen razón o han tomado una mala decisión. Con el tiempo, este nivel de afabilidad y adulación puede acabar nublando su capacidad de juicio, lo que a su vez puede provocar que les cueste más aceptar las críticas constructivas que les ofrecen los demás y fomentar su dependencia de estas herramientas. ¿Quién no querría seguir conversando con una voz que nos da permanentemente la razón?
Las aplicaciones de terceros
La enorme popularidad de ChatGPT ha provocado que hoy en día esta IA esté integrada en infinidad de plataformas, desde herramientas educativas a videojuegos y redes sociales. Los niños pueden estar usando el bot sin ni siquiera ser conscientes de ello, lo que dificulta a los padres la tarea de controlar el momento y la forma en los que sus hijos interactúan con esta tecnología. Algunas de las aplicaciones de terceros que aseguran utilizar ChatGPT pueden carecer de las medidas de seguridad de OpenAI, lo que incrementa el riesgo de que los más pequeños terminen expuestos a contenidos peligrosos o a estafas.
Cómo proteger a los niños y los adolescentes en ChatGPT
Numerosos expertos y especialistas en tecnología alegan que esta plataforma puede ofrecer nuevas oportunidades educativas, ya que proporciona a los alumnos una forma interactiva y entretenida de poner en práctica las habilidades que están adquiriendo y de adaptar el proceso en función de su estilo individual de aprendizaje para facilitar la adquisición de conocimientos.
Sin embargo, al igual que en el caso de cualquier otra herramienta basada en la IA, la mejor forma de que tanto los niños como los adultos puedan beneficiarse de ella es gestionar las expectativas que tienen respecto a plataformas como ChatGPT y tomar ciertas precauciones a la hora de utilizarlas. La inteligencia artificial es la tecnología del futuro; de ahí la importancia de que los más jóvenes sean conscientes de cuáles son sus ventajas y sus inconvenientes para poder sacar el máximo partido de su potencial.
1. Prueba los controles parentales que ofrece la plataforma
ChatGPT incluye una serie de funciones familiares y opciones de control parental. Vincular tu cuenta de adulto con las cuentas de tus hijos te permite gestionar su historial de chat, limitar su acceso a ciertas funciones y supervisar el uso de la herramienta en dispositivos compartidos.
2. Asegúrate de que tus hijos tienen la edad adecuada para poder utilizar el bot
Las condiciones de uso de ChatGPT establecen una edad mínima de 13 años para empezar a utilizar la plataforma. Si tus hijos aún son demasiado jóvenes para hacerlo, puedes usar alguna herramienta de control parental como Qustodio para bloquearla. En el caso de Qustodio, también puedes bloquear todos los sitios web correspondientes a la categoría de IA, lo que te permite ofrecer a tus hijos una experiencia más apropiada para su edad y protegerles de los servicios de inteligencia artificial problemáticos, como los bots de compañía basados en esta tecnología.
Aunque los niños menores de 13 años no pueden disponer de una cuenta propia, los más pequeños ya utilizan la IA de diferentes formas, y los niños curiosos siempre encontrarán una forma de probar otras nuevas. Por eso, es fundamental que empieces a hablar con tus hijos desde una edad temprana sobre cuáles son las ventajas y los inconvenientes de estas herramientas, qué usos podemos darles y en qué contexto no es recomendable utilizarlas. Experimentar juntos con las plataformas de IA te permitirá familiarizarles con esta tecnología en tus propios términos y bajo tu supervisión en lugar de dejar que empiecen a probarlas por su cuenta.
3. Promueve el uso compartido del bot
Acompaña a tus hijos mientras usan ChatGPT o configura una cuenta compartida para familias. De este modo, podrás supervisar su experiencia y discutir con ellos las respuestas del bot, comprobar qué han aprendido y qué tipo de usos le han dado, y al mismo tiempo expresarles tus inquietudes en el caso de que hayas observado algo preocupante.
4. Enséñales a utilizar el pensamiento crítico
Es importante que los niños aprendan a comprobar la información que ofrece ChatGPT y a detectar si las respuestas que da son sesgadas o incorrectas.
Si deseas ver qué tipo de preguntas le hacen tus hijos a la IA, intenta acompañarles las primeras veces que la prueben y comentad juntos sus respuestas. Conciénciales de la importancia de pensar por sí mismos, especialmente cuando no estés con ellos para ayudarles. Una vez que hayáis introducido la pregunta, puedes señalarles los aspectos positivos y negativos de la contestación del bot, como:
- hasta qué punto es creativa;
- si es veraz y objetiva;
- si de verdad responde a la pregunta o a la indicación que le habéis proporcionado;
- si requiere algún tipo de ajuste o contrarréplica.
5. Anímales a hablar abiertamente de sus emociones
Explícales a tus hijos que pueden acudir a ti en cualquier momento cuando necesiten ayuda o apoyo emocional. Muchos niños se sienten más cómodos hablando con la IA porque ven estas plataformas como un espacio en el que no se sienten juzgados; de ahí que también sea esencial que te asegures de que cuentan con un grupo de personas al que pueden recurrir en la vida real para expresar cómo se sienten y al que puedan pedir ayuda si tienen algún problema, como un amigo íntimo, su familia o cualquier otro adulto de confianza.
6. Mantente al día de las últimas novedades
Permanece atento a los anuncios que realiza OpenAI para estar al día de las últimas actualizaciones. Las nuevas funciones, como las herramientas para generar contenido para adultos, no deberían escapar al radar de los padres, dado que pueden incrementar el riesgo al que están expuestos los usuarios más jóvenes. Mantenernos informados al respecto es fundamental si queremos tomar las mejores decisiones para nuestra familia, ya que las normas y los límites que establecemos respecto a la IA deberían evolucionar al mismo ritmo que esta tecnología.
Teniendo en cuenta la constante presencia de ChatGPT en nuestro día a día, es prácticamente imposible esperar que nuestros hijos no descubran lo que es o que no intenten probar la aplicación tarde o temprano. La IA ha venido para quedarse, y si los más pequeños expresan su deseo de utilizarla, o se muestran ilusionados ante la idea de interactuar con ella, lo mejor que podemos hacer es animarles a hacerlo de forma responsable y segura; de este modo, podremos enseñarles en qué contextos es apropiado utilizar este tipo de herramientas y en cuáles no.