Actualmente, en el contexto digital en el que nos encontramos, es crucial saber cómo integrar la tecnología en la educación.
En un primer momento, cuando empezaron a aparecer en las aulas las pantallas digitales, tablets y ordenadores para apoyar y motivar el aprendizaje, se observó un gran entusiasmo por parte de las familias. No obstante, este entusiasmo se ha visto moldeado por las dificultades que se están observando en los niños con respecto a la relación con los dispositivos electrónicos, llegando a la gran preocupación que muestran en la actualidad con el uso de la tecnología en el ámbito académico.
Inicio del debate
Como profesional de la educación que trabaja diariamente en un colegio, he sido testigo de primera mano de los debates que hay en la actualidad en los centros educativos, que afectan tanto a los educadores como a las familias, creando la necesidad de un diálogo abierto y constructivo entre el hogar y la escuela.
Es importante destacar que vivimos en un mundo cada vez más digitalizado y que nuestros hijos y alumnos son nativos digitales, es decir, han nacido en una era donde la tecnología tiene mucho peso. No obstante, el haber nacido rodeados de tecnología no les hace ser expertos en la utilización de la misma.
Si bien es cierto, es importante poder llegar a un equilibrio entre el rechazo total y llenar las aulas y los tiempos de nuestros menores con dispositivos electrónicos.
Este es el punto de partida que debemos tener en cuenta.
¿Qué queremos conseguir introduciendo las pantallas en las aulas?
Una de las principales razones que se escucha desde dentro es la necesidad de preparar a los alumnos para un entorno cada vez más tecnológico, familiarizar a los estudiantes desde edades tempranas con herramientas digitales que les permita una mejor proyección hacia el mundo laboral.
Además, existen otros objetivos a tener en cuenta, como los siguientes:
- Aumento de la motivación hacia el aprendizaje. El uso de estos dispositivos puede generar una mejor actitud de los menores hacia los estudios, ya que el poder utilizar una variedad de recursos interactivos puede enriquecer la experiencia de aprendizaje.
- Aprendizaje más individualizado y personalizado, así como una personalización del aprendizaje, ya que permite adaptar el contenido al ritmo y estilo de aprendizaje de cada alumno. Con el acceso a recursos digitales, los estudiantes pueden avanzar a su propio ritmo, revisando el material tantas veces como sea necesario. Esto fomenta la autonomía en el aprendizaje y permite a cada alumno adaptar el estudio a sus necesidades individuales.
- Mejora la concentración y comprensión del alumno. Los dispositivos electrónicos ofrecen contenidos interactivos y multimedia que captan de una forma más efectiva la atención de los estudiantes.
- Desarrollo del pensamiento crítico y razonamiento creativo. La tecnología ofrece nuevas formas de abordar problemas y proyectos, pudiendo explorar distintas soluciones y enfoques pudiendo acceder de manera más rápida a una gran variedad de fuentes.
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de introducir la tecnología en el aula?
Ya sabemos para qué, pero es muy importante también el cómo. Como hemos dicho, en la actualidad, la relación que tenemos con la tecnología no es como cuando empezó a introducirse en el aula, por lo que es muy importante seguir observando esa evolución. Para ello, es importante tener en cuenta:
1. Dar importancia a la cantidad. Tenemos que darle mucha importancia al tiempo que nuestros alumnos pasan delante de una pantalla y priorizar la calidad frente a la cantidad.
2. Pantallas vs personas. No podemos dejar que las pantallas sean un sustituto de las personas, por lo que, debemos aprender a utilizarlas con sentido y de manera equilibrada.
3. Seguir formando al profesorado en el buen uso de los dispositivos. Como hemos señalado anteriormente, hay muchas ventajas, pero para hacer un buen uso de la tecnología, hay que conocerlas.
4. Evita las rigideces. Estar dentro de una continua evaluación del uso que estamos haciendo de la misma es muy importante. En algunos momentos se necesitará más y en otros, menos, donde no hay que tener miedo a retirarla.
![2025-05-[Blog]-Pantallas-en-las-aulas_Gloria_InsideImage teacher helping young child at school use laptop](https://static.qustodio.com/public-site/uploads/2025/07/23135617/2025-05-Blog-Pantallas-en-las-aulas_Gloria_InsideImage.png)
¿Cuáles son las preocupaciones de las familias?
Pese a haber multitud de beneficios en la introducción de las pantallas en el aula, no podemos olvidar las preocupaciones legítimas que se dan tanto en las familias, como en los educadores.
Es necesario ponerlas encima de la mesa para garantizar una implementación exitosa y segura de la tecnología en la docencia. Para ello, hay que tener en cuenta los riesgos a los que nos exponemos:
Tiempo excesivo delante de dispositivos electrónicos
Muchas familias se muestran preocupadas por la cantidad de tiempo que sus hijos pasan delante de las pantallas en su tiempo de ocio, y si a esto le sumamos el tiempo que destinan al estudio con las mismas, esta preocupación aumenta.
Distracción, arma de doble filo
Aunque la tecnología puede aumentar la motivación y atención ante el estudio, no podemos olvidar que sin una supervisión, puede convertirse también en una distracción, pudiendo acceder a contenido no relacionado con el motivo de estudio.
Adicciones
Existe el temor de que la integración excesiva de tecnología en el aula pueda generar una dependencia perjudicial en los alumnos.
¿A cualquier edad?
Una de las preguntas más típicas a las que nos enfrentamos en todos los talleres con padres es: ¿a qué edad es recomendable introducir la tecnología?
Es, sin duda, una inquietud que tienen todas las familias y muy compleja de responder, ya que no podemos olvidar que hay muchos factores que debemos tener en cuenta, no solo la edad.
1. Etapas educativas y desarrollo cognitivo:
- Educación Infantil (0-6 años): Es importante señalar el uso supervisado por parte del adulto y el tiempo limitado, para que no se muestren muy expuestos a las pantallas, al poder producirse afectaciones a nivel físico por no tener un desarrollo completo en este sentido (problemas de visión, trastornos del sueño, etc.).
- Educación Primaria (6-12 años): Introducir de forma gradual para aprender mecanografía, navegar por internet de forma segura y utilizar de forma autónoma aplicaciones educativas. Iniciarles en la prevención del mal uso de los dispositivos electrónicos, riesgos y beneficios a los que se encuentran.
- Educación Secundaria (12-16 años): Se puede integrar de manera más completa en el currículo pudiendo utilizar herramientas relevantes en educación.
2. Propósito educativo: Es importante tener en cuenta los objetivos de aprendizaje, incluyendo la tecnología con sentido común y buscando una relación entre la tecnología y los contenidos que queramos mostrar.
3. Límites claros y equilibrio en el tiempo de exposición. Son muy necesarios para fomentar el uso responsable de los dispositivos.
La integración de la tecnología en el aula debe ser un proceso reflexivo que tenga en cuenta estos factores y que busque enriquecer la experiencia educativa, promocionando el desarrollo de habilidades relevantes para el futuro.
¿Cómo ayudar desde casa?
Es importante que todos los agentes educativos sigamos la misma línea, por lo que, desde casa, es conveniente que también podamos abordar este tema con nuestros hijos.
- Mantén una comunicación abierta en casa que te permita hablar con tus hijos sobre qué es el uso responsable y observar cómo se relacionan ellos con la misma.
- Establece reglas claras de uso que limiten tanto el tiempo como la manera de utilizarla.
- Sé un modelo a seguir. No podemos olvidar que los niños aprenden observando. Si tu muestras un uso responsable y cumples las normas y esto lo ven desde pequeñitos, cuando sean mayores les costará menos.
- Aprende con ellos. No podemos olvidar que nuestros hijos son nativos tecnológicos y que cada vez aparecen nuevas aplicaciones. Conocerlas nos va a ayudar a supervisar y protegerles del mal uso. Y, no tengas miedo a sentarte con ellos y decirles que te lo expliquen.
Familia y escuela de la mano
Es fundamental para un éxito con nuestros menores que la familia y la escuela se muestren alineados, de manera que nuestros hijos vean que estamos de acuerdo con lo que ven durante 8 horas seguidas 5 días a la semana. Además, es esencial que el entorno escolar apoye las decisiones que desde casa tomamos, no siendo contradictorios los mensajes a los que se exponen, para que los menores sepan realmente lo que queremos de ellos.
Asimismo, es muy importante una comunicación fluida entre familia y escuela; dar a nuestros alumnos/hijos mensajes consistentes que les permitan recibir el mensaje claro y coherente sobre el buen uso de las tecnologías.
En ambos ámbitos tenemos que estar muy atentos a los posibles problemas que pueden surgir de un mal uso de la tecnología, por ello es necesario que tengamos una comunicación fluida que nos permita identificar y abordar rápidamente tanto un problema con el tiempo de uso, como con la forma que tienen de relacionarse con ella.
Si se produce esta alineación es mucho más sencillo aprovecharnos de las oportunidades que la tecnología nos ofrece, oportunidades tanto de relación con nuestros hijos y alumnos, como educativas.
¿Cómo podemos ir de la mano?
Todos los años de experiencia en centros escolares me han permitido ver cuáles son las estrategias positivas para ayudar a fomentar esta alineación paterno-escolar. Es por ello que para fomentar la colaboración es importante que tengamos en cuenta:
Comunicación efectiva y regular
Establecer reuniones periódicas en las que el centro informe a las familias del uso que se da de la tecnología en el aula y lo que se solicita de los niños para casa. Esta información permitirá a los padres saber y anticipar el uso que sus hijos van a tener que hacer de la tecnología dentro del hogar y vamos a evitar el mal uso que los menores puedan hacer de los dispositivos fuera del ámbito académico.
Talleres y formación para padres
En estos espacios podremos abordar distintos aspectos para entender las herramientas digitales y apoyar a las familias. Se pueden ofrecer tanto talleres teóricos educativos, en los que se den pautas de buen uso según la edad y etapa educativa, como talleres más prácticos o espacios de encuentro de familias donde puedan exponer las dificultades con las que se encuentran y entre todos podamos valorar la mejor solución.
En definitiva, el uso de la tecnología dentro de las aulas es una oportunidad muy buena para enriquecer la educación, siempre que sepamos cómo utilizarla, y que haya un equilibrio en la utilización y las técnicas tradicionales, así como un propósito claro.
Igualmente, es indispensable que familia y escuela vayan de la mano para garantizar el uso responsable, promoviendo el aprendizaje personalizado y el desarrollo de habilidades esenciales para el futuro tanto dentro como fuera de las aulas.